Hola Regaladores!
No pensaríais que se iba a acabar el verano sin dedicar un post en exclusiva para los niños. 😉 El verano es el momento perfecto para disfrutar con ellos de muchísimas experiencias y también para que puedan divertirse con todas las actividades que no han podido hacer durante el invierno. El cole y los deberes a veces son tan estresantes como el trabajo y los proyectos que hay que entregar a tiempo. Esta una época perfecta para descubrir nuevos intereses y talentos ocultos, para hacer nuevos amigos y seguir aprendiendo.
Una de las ventajas que siempre ha traído el verano es la de estar más en contacto con la naturaleza. Dicen que los niños de hoy en día no han visto en su vida una vaca. Y puede ser. Pero ¿Qué me decís de tener mariposas entre las manos? Una experiencia increíble. 
Esta es una de esas oportunidades para que los niños aprendan de primera mano y no a través de fábulas y cuentos como un gusano se convierte en una bella mariposa. Ver como se transforman y como se alimentan hace de un jardín de mariposas uno de los regalos más especiales para esta época. La experiencia de dejarlas marchar para que continúen su vida es un momento inolvidable y una gran lección. Sobre todo para los que tienen miedo a los bichos…
Y hablando de miedos. Ser niño, (aunque ya no nos acordemos) a veces es muy duro. Los niños también tienen miedos y preocupaciones aunque lo expresen de forma muy distinta a como lo hacemos nosotros. Las vacaciones son la época perfecta para dedicarles la atención y el tiempo que quizás no hemos podido dedicar durante el año y un momento estupendo para superar juntos sus temores.
Para eso Fluff, los únicos juguetes premiados por psicólogos son los mejores. Son 4 geniales peluches: Gamberro, Culito de rana, Colchón y Edredón que ayudan a niños desde los 0 a los 8 años a superar inseguridades y rabietas. Creados por unos emprendedores psicólogos infantiles, combinan diversión y ternura con psicología infantil y son fantásticos. Además son españoles y ecológicos ¡Qué más se puede pedir!
Otras de las propuestas infalibles son las que tienen que ver con el agua. Y a veces la bañera puede convertirse en uno de los parques acuáticos más divertidos y baratos. No es de extrañar que los niños se lo pasen bomba durante horas con agua de colores y sonidos ¡y hasta confeti!
Explorar es otra de las actividades innatas del verano. Nuevos lugares, nuevas experiencias incluso nuevas texturas. ¿Conocéis Playmais? 
Consiste en crear divertidas figuras uniendo distintas piezas de maíz ¿Cómo? Simplemente humedeciéndolas en agua. No hay mejor juego en la terraza o el jardín que Playmais y un poco de agua. Y si alguien se lo lleva a la boca… ¡No pasa nada! Es maíz coloreado totalmente inocuo y biodegradable. ¡A que es original!
Pero si de explorar se trata, los que siempre son infalibles son los libros. Despiertan la imaginación, dan rienda suelta a la creatividad y desbordan apasionantes historias, curiosidades y conocimientos. Por no hablar del placer de hacer lo impensable: ¡recortar las hojas de un libro! Y nos solo eso, doblarlas, rasgarlas y crear toda una selva llena de animales con ellas… Además de aprender a decir Origami y Kirigami tan rápido como si fueras de Pekín. ¿Y qué me decis de convertir en arte las huellas que dejas en las páginas de un libro? Desde luego, esto no lo aprenderá en el cole. Todos son una maravillosa forma de abrir su mente sin moverse de la silla.