Tráfico, humos, alergias, cuesta de enero, suben las verduras, y tú sin decidirte por un propósito desestresante para este año nuevo. ¡Tenemos una propuesta que engancha: Un huerto urbano! Quizá creas que es solo para ecológicos o que verduras y ciudad no casan. Por eso, hoy nos hemos propuesto conocer todo lo necesario para tener tu propio huerto aunque vivas en pleno centro.
- Lo primero que piensan quienes se plantean tener un huerto en medio de la ciudad es saber si es sano comerse lo que planten. La contaminación a la que están expuestas esas plantas nos hace ponernos en lo peor. ¡Nada más lejos de la realidad! Resulta que alimentarse de plantas que han crecido en tu mismo hábitat ayuda a tus defensas porque son resistentes al mismo ambiente al que te enfrentas tú.
- Quizá pienses que en tu minúsculo balcón es imposible lograr un huerto variado. Lo único que necesitas es un lugar con luz directa. Ni siquiera necesitas tener una zona amplia, siempre puedes optar por un huerto vertical y transformar esa pared sosona del balcón a la que le da el solete todo el año, en todo un vergel
- Hay muchas opciones para cubrir la pared: hay quien utiliza botellas de plástico recicladas o palets y aunque es una gran idea de reciclaje a veces no es la más recomendable por los residuos químicos que desprenden. Mejor opta por madera, paredes de tela, las macetas de toda la vida o márcate un DIY al estilo bricomanía.
- Lo importante es cuidar la tierra y sus nutrientes. Para plantar semillas la turba es lo mejor. Nosotros estamos fascinados con el método Nendo Dango que consigue plantas fuertes y sanas sin pesticidas y con muy pocos cuidados. Las semillas están cubiertas de bolas de barro, arcilla y nutrientes y ni siquiera hay que plantarlas para que broten!
Dicho esto ¡A plantar! Cilantro, orégano, perejil, romero…¡Nos fascina añadir un toque aromático y natural a todos nuestros guisos!…Y a la pizza!
- Al final consigues unos platos muy sabrosos ahorrándote un dinero en la frutería. No solo es sano y ecológico, también es económico.
- Lo mejor es comenzar con algo sencillo con lo que no tengas que complicarte la vida, como los ingredientes para la ensalada. Todo un clásico: tomate lechuga y cebolla. Este kit en concreto incluye todo ¡hasta lo necesario para comerlas! y así te despreocupas.
La satisfacción de saber que esos tomates son de tu cosecha no tiene precio. Y además consumes más minerales y vitaminas que nunca! - Al tener tu propio huerto vuelves a estar en contacto con el ciclo de la naturaleza ¡Te sabrás al dedillo las verduras de temporada!
- Y avisamos, esto engancha, se empieza con el tomate y el orégano… Y no tiene fin. Los más expertos se aficionan a libros y enciclopedias donde conocer todos los trucos para sacar partido a sus hortalizas.
Nosotros ya nos hemos puesto a la obra ¿Y vosotros? ¿Tenéis un huerto urbano? Nos encantará compartir con vosotros fotos y experiencias 😉
